Cuatro monjes decidieron caminar juntos en silencio durante un mes. El primer día, todo fue estupendamente; pero, pasado el primer día, uno de los monjes dijo: "Estoy dudando si he cerrado la puerta de mi celda antes de salir del monasterio".
Y dijo otro de ellos: "¡Estúpido! ¡Habíamos decidido guardar silencio durante un mes, y vienes tú a romperlo con esa tontería!".
Entonces dijo el tercero: "¿Y tú, qué? ¡También tú acabas de romperlo!"
Y el cuarto monje dijo: "¡A Dios gracias, yo soy el único que aún no ha hablado!"
Y dijo otro de ellos: "¡Estúpido! ¡Habíamos decidido guardar silencio durante un mes, y vienes tú a romperlo con esa tontería!".
Entonces dijo el tercero: "¿Y tú, qué? ¡También tú acabas de romperlo!"
Y el cuarto monje dijo: "¡A Dios gracias, yo soy el único que aún no ha hablado!"
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