En cierta ocasión, un joven escritor le confesaba a Mark Twain que estaba perdiendo la confianza en su capacidad para escribir. "¿No ha experimentado usted nunca esa sensación?", le preguntó.
"Sí", respondió Twain. "Una vez, después de llevar casi quince años escribiendo, de pronto me vino la idea de que no poseía el más mínimo talento de escritor."
"¿Y qué hizo usted? ¿Dejó de escribir?"
"¿Cómo iba a hacerlo? ¡Para entonces ya era yo famoso!
"Sí", respondió Twain. "Una vez, después de llevar casi quince años escribiendo, de pronto me vino la idea de que no poseía el más mínimo talento de escritor."
"¿Y qué hizo usted? ¿Dejó de escribir?"
"¿Cómo iba a hacerlo? ¡Para entonces ya era yo famoso!
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