Allá por los años treinta, una empresa norteamericana envió una máquina a un cliente del Japón.
Un mes más tarde, la empresa recibió un cable: "Máquina no funciona. Envíen alguien repararla."
La empresa envió a un experto al Japón. Pero, antes de que tuviera la oportunidad de examinar la máquina, la empresa americana recibió un segundo cable: "Hombre demasiado joven. Envíen hombre mayor."
Y la respuesta de la empresa fue: "Preferible sírvanse de él. Él inventó máquina."
Un mes más tarde, la empresa recibió un cable: "Máquina no funciona. Envíen alguien repararla."
La empresa envió a un experto al Japón. Pero, antes de que tuviera la oportunidad de examinar la máquina, la empresa americana recibió un segundo cable: "Hombre demasiado joven. Envíen hombre mayor."
Y la respuesta de la empresa fue: "Preferible sírvanse de él. Él inventó máquina."
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