Un obispo estaba examinando la idoneidad de un grupo de candidatos al bautismo.
"¿En qué habrán de conocer los demás que sois católicos?", les preguntó.
Pero no obtuvo respuesta. Evidentemente, nadie esperaba aquella pregunta. El obispo la repitió, pero esta vez haciendo el signo de la cruz para darles una pista sobre la respuesta exacta.
De pronto, uno de los candidatos dijo: "¡En el amor!".
El obispo quedó desconcertado, y a punto estuvo de decir: "Falso", pero se contuvo en el último momento.
"¿En qué habrán de conocer los demás que sois católicos?", les preguntó.
Pero no obtuvo respuesta. Evidentemente, nadie esperaba aquella pregunta. El obispo la repitió, pero esta vez haciendo el signo de la cruz para darles una pista sobre la respuesta exacta.
De pronto, uno de los candidatos dijo: "¡En el amor!".
El obispo quedó desconcertado, y a punto estuvo de decir: "Falso", pero se contuvo en el último momento.
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