Alguien solicitó del obispo el "imprimatur" para un libro dirigido a los niños que contenía las parábolas de Jesús, unas cuantas ilustraciones y una serie de sentencias evangélicas. Ni una palabra más.
El "imprimatur" fue concedido con la acostumbrada reserva: "El "imprimatur" no implica necesariamente que el obispo comparta las opiniones expresadas en el libro".
¡Y dale con las trabas organizativas!
El "imprimatur" fue concedido con la acostumbrada reserva: "El "imprimatur" no implica necesariamente que el obispo comparta las opiniones expresadas en el libro".
¡Y dale con las trabas organizativas!
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