La verdad no se encuentra en cifras...
"Acusado", dijo el juez, "le he encontrado a usted culpable de veintitrés cargos. Por tanto, le condeno a usted a un total de ciento setenta y cinco años de cárcel".
El reo, un hombre anciano, rompió a llorar. La expresión del juez se endulzó y dijo: "Pero no quiero ser cruel. Sé que la condena impuesta es muy severa. Realmente, no tiene usted que cumplirla en su totalidad..."
En los ojos del reo brilló una luz de esperanza.
"Eso está mejor", dijo el juez. "Límitese a cumplir los años que pueda".
"Acusado", dijo el juez, "le he encontrado a usted culpable de veintitrés cargos. Por tanto, le condeno a usted a un total de ciento setenta y cinco años de cárcel".
El reo, un hombre anciano, rompió a llorar. La expresión del juez se endulzó y dijo: "Pero no quiero ser cruel. Sé que la condena impuesta es muy severa. Realmente, no tiene usted que cumplirla en su totalidad..."
En los ojos del reo brilló una luz de esperanza.
"Eso está mejor", dijo el juez. "Límitese a cumplir los años que pueda".
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