Un discípulo acudió a Maruf Karkhi, el Maestro musulmán, y le dijo: "He estado hablándole de ti a la gente. Los judíos dicen que eres de los suyos. Los cristianos te consideran uno de sus santos. Y los musulmanes ven en ti a una gloria del Islam".
Maruf replicó: "Eso es lo que dicen aquí, en Bagdad. Cuando yo vivía en Jerusalén, los judíos me tenían por cristiano; los cristianos, por musulmán; y los musulmanes por judío".
"Entonces, ¿qué tenemos que pensar de ti?"
"Pensad en mí como un hombre que dice lo siguiente acerca de sí mismo: los que no me comprenden me veneran; los que me vilipendian tampoco me comprenden".
Si crees ser lo que tus amigos y enemigos dicen que eres evidentemente no te conoces a ti mismo.
Maruf replicó: "Eso es lo que dicen aquí, en Bagdad. Cuando yo vivía en Jerusalén, los judíos me tenían por cristiano; los cristianos, por musulmán; y los musulmanes por judío".
"Entonces, ¿qué tenemos que pensar de ti?"
"Pensad en mí como un hombre que dice lo siguiente acerca de sí mismo: los que no me comprenden me veneran; los que me vilipendian tampoco me comprenden".
Si crees ser lo que tus amigos y enemigos dicen que eres evidentemente no te conoces a ti mismo.
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