domingo, 29 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 305.

                  El médico, tras examinar detenidamente al paciente, dijo: "Ha tenido usted un ataque de neumonía. Es usted músico, ¿no es cierto?"

                 "Sí", respondió asombrado el paciente.

                 "Y toca usted un instrumento de viento..."

                 "¡Exacto! ¿Cómo lo sabe?"

                 "¡Elemental", mi querido amigo! Tiene usted una inconfundible lesión de pulmón, y su laringe está inflamada, debido, indudablemente, a que la ha sometido usted a una intensa presión. Dígame, ¿qué instrumento toca usted?"

                 "El acordeón."

                 ¡Los riesgos de la infalibilidad!
      

sábado, 28 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 304.

               Un joven científico se jactaba, en presencia de un guru, de los logros de la ciencia moderna.

              "Podemos volar como los pájaros", decía. "¡Podemos hacer todo cuanto hacen los pájaros!"

             "Excepto descansar sobre un alambre de espino", dijo el guru.
  

viernes, 27 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 303.

              Un antiguo rey de la India sentenció a muerte a un hombre, el cual, al conocer la sentencia, suplicó que le fuera condonada y prometió: "si el rey tiene compasión y me perdona la vida, yo enseñaré a su caballo a volar en el plazo de un año."

              "Conforme", dijo el rey. "Pero si, al cabo de ese tiempo, el caballo no es capaz de volar, serás ejecutado."

              Cuando, más tarde, sus familiares le preguntaron preocupados cómo pensaba cumplir lo prometido, el hombre dijo: "En el plazo de un año, el rey puede morir. O puede que muera el caballo. O, ¿quién sabe?, ¡puede que el caballo aprenda a volar!"
  

jueves, 26 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 302.

             Hace muchos años, un obispo de la costa este de los EEUU se hallaba visitando una pequeña universidad religiosa de la costa oeste, alojándose en casa del rector de la universidad, un joven y progresista catedrático de física y química.

            Un día, el rector invitó a los miembros de su facultad a cenar con el obispo, para que pudieran beneficiarse del saber y la experiencia de éste. Después de la cena, la conversación se centró en torno al tema del milenio, del que el obispo aseguró que no podía tardar en llegar. Y una de las razones que adujo para ello era que ya se había descubierto todo en el terreno de la naturaleza y se habían hecho todos los inventos posibles.

           El rector, con toda cortesía, mostró su desacuerdo y dijo que, en su opinión, la humanidad se encontraba en los umbrales de una era de grandes descubrimientos. El obispo desafió al rector a que mencionara uno de ellos, y el rector dijo que tenía la esperanza de que en el plazo de cincuenta años, más o menos, los humanos podrían volar.

          Aquello le produjo al obispo un ataque de risa. "¡Qué tontería, mi querido amigo!", exclamó. "Si Dios hubiera querido que los humanos voláramos, nos habría dado alas. El volar está reservado a las aves y a los ángeles."

         El obispo se apellidaba Wright y tenía dos hijos llamados Orville y Wilbur, que fueron los inventores del aeroplano.
    

miércoles, 25 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 301.

               Marconi, el genio de la radio, había estado toda la noche en el laboratorio discutiendo con un amigo acerca de los complicados problemas de la comunicación inalámbrica.

             Cuando, por la mañana, salían del laboratorio, Marconi djjo de pronto: "Llevo toda la vida estudiando este asunto, pero hay algo acerca de la radio que, sencillamente, soy incapaz de comprender."

            "¿Qué hay algo de la radio que tú no comprendes?", exclamó su amigo lleno de asombro. "¿Y qué es?"

           "¿Por qué funciona?", dijo Marconi.
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martes, 24 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 300.

                Siendo el mariscal Ferdinand Foch el comandante en jefe de las fuerzas aliadas durante la Primera Guerra Mundial, su "chauffeur", Pierre, era asiduamente solicitado por los periodistas para obtener de él información acerca de lo que pensaba el mariscal. Y siguieron haciéndolo una vez que la guerra hubo terminado. Pero Pierre nunca soltaba prenda.

                 Un día, los periodistas asaltaron a Pierre cuando éste salía del cuartel general. Y mientras se arremolinaban en torno a él, el "chauffeur" dijo: "Hoy ha hablado el mariscal."

                 "Ha dicho: "Pierre, ¿cuándo crees tú que acabará la guerra?"

                 La hija de un pastor protestante le preguntó a éste de dónde sacaba las ideas para sus sermones. "De Dios", le respondió su padre. "Entonces, ¿por qué te veo siempre tachando lo que escribes?", le preguntó ella.
   

lunes, 23 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 299.

               Dice Buda: "Los monjes y los sabios no han de aceptar mis palabras por respeto a mí, sino que deben analizarlas, del mismo modo que un orfebre analiza el oro a base de cortarlo, fundirlo, rasparlo y sacarle brillo."

               En un cine, un hombre muy alto se dirige a un niño que está sentado detrás de él:

                "¿Puedes ver la pantalla, pequeño?"

                "No".

                "No te preocupes. Mírame y ríete siempre que yo lo haga."
   

miércoles, 18 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 298.

             El príncipe heredero era un verdadero zoquete, por lo que el rey contrató los servicios de un tutor especial, el cual comenzó sus lecciones explicando al príncipe el primer teorema de Euclides.

            "¿Está claro, Alteza?", le preguntó cuando hubo concluido.

           "No", respondió el príncipe.

           De modo que el tutor, armándose de paciencia, volvió a explicarle el teorema. "¿Ya ha quedado claro?"

           "No", volvió a responder el príncipe.

            Y una vez más lo intentó el tutor... sin éxito. Al cabo de diez intentos, el real zoquete seguía sin entender el teorema, y el pobre tutor no pudo contener sus lágrimas. "Créame, Alteza", le dijo entre sollozos, "este teorema es verdadero, y la forma en que se lo he demostrado es la única que hay..."

            Al oír aquello, el príncipe se puso en pie y, hacieno una solemne inclinación, dijo: "Mi querido amigo, tengo una fe absoluta en lo que usted dice, de modo que, si usted me asegura que el teorema es verdadero, yo lo acepto incondicionalmente. Lo único que siento es que no me lo haya dicho usted antes. Si lo hubiera hecho, podríamos haber pasado al segundo teorema sin necesidad de perder tanto tiempo."

           De este modo tienes todas las respuestas correctas sin necesidad de saber geometría, exactamente igual que hay personas que -según ellas- poseen todas las creencias debidas sin necesidad de conocer a Dios. Decirle a la autoridad: "Piensa por mí, por favor, que yo soy tonto" es como decir: "Bebe por mí, por favor, que tengo sed."      
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martes, 17 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 297.

             Un vecino acudió a Nasrudin a pedirle prestado su asno.

              "Lo siento, pero lo he alquilado", le dijo Nasrudin.

              En aquel momento, el animal comenzó a rebuznar en la cuadra.

              "¡Pero si le estoy oyendo rebuznar...!", dijo el vecino.

              "¡Pero, bueno...!, ¿a quién vas a creer: al asno o a mí?".
   

lunes, 16 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 296.

           El creer en la autoridad pone en peligro la capacidad de percepción:

           El médico se inclinó sobre el inmóvil paciente. A continuación, volvió a erguirse y dijo: "Siento tener que decirle, señora, que su marido ya no está con nosotros."

          Una tenue voz en tono de protesta salió de labios del "difunto": "¡No... Todavía estoy vivo...!"

          "¿Cierra la boca!", le dijo la mujer. "¿El doctor sabe más que tú!".
  

viernes, 13 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 295.

               ¿"Puedes recomendarme a un buen médico?"

                "Te sugiero que vayas a ver al doctor Chung. Él me salvó la vida."

                 "¿Cómo fue eso?"

                 "Verás: yo ya tenía la grave enfermedad que ahora padezco, y fue a ver al doctor Ching; tomé la medicina que él me recetó y me sentí peor. De modo que fui a ver al doctor Chang: tomé también su medicina y me puso a morir. Por último, fue a ver al doctor Chung... y no estaba.".
   

jueves, 12 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 294.

               "Gracias a Dios, se nos ocurrió llevar una mula para la excursión, porque, cuando uno de los chicos tuvo un accidente, usamos la mula para traerlo."

               "¿Y qué accidente tuvo?"

                "La mula le pegó una coz."
  

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 293.

                    La mujer se encontraba aquejada de un grave resfriado y nada de cuanto le recetaba el médico parecía poder aliviarla.

                    "¿No puede usted hacer nada para curarme, doctor?", le preguntó un día completamente frustrada.

                    "Tengo una idea", dijo el médico. "Váyase a su casa, tome una ducha y, antes de secarse, quédese usted desnuda en medio de una corriente de aire."

                    "¿Y con eso me curaré?", preguntó ella, llena de asombro.

                    "No, pero agarrará usted una neumonía. Y eso sí puedo curarlo."

                      ¿No te ha ocurrido nunca que tu guru te haya ofrecido el remedio para un mal que él mismo ha ocasionado?
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martes, 10 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 292.

                He aquí un cuento del místico de Calcuta Ramakrishna:

                Érase una vez un rey al que un sacerdote solía leerle todos los días el Bahagavad Gita. A continuación, el sacerdote le explicaba el texto y decía: "Oh, rey,, ¿has comprendido lo que he dicho?

                Y el rey nunca respondía "sí" o "no", sino que se limitaba a decir: "Más vale que primero lo hayas comprendido tú."

                 Lo cual afligía siempre al pobre sacerdote, que se había pasado horas preparando su lección diaria para el rey y era consciente de que sus explicaciones eran perfectamente lúcidas y claras.

                 Pero el sacerdote era un sincero buscador de la Verdad. Y un día, mientras se hallaba meditando, comprendió de pronto el carácter ilusiorio -la realidad relativa- de todas las cosas: casa, familia, riquezas, amigos, honor, reputación y todo lo demás. Y lo vio con tal claridad que en su corazón se apagó todo deseo de semejantes cosas. Entonces decidió dejar su patria y emprender una existencia de asceta errante.

                 Y antes de marcharse envió al rey el siguiente mensaje: "Oh, rey, al fin he comprendido."
     

lunes, 9 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 291.

              Se hablaba de construir un reformatorio para muchachos y se solicitó el parecer de un célebre experto en educación. Este hizo un apasionado alegato en favor de unos métodos educativos humanos en el reformatorio, urgiendo a los fundadores a no escatimar en medios para conseguir los servicios de unos educadores bondadosos y competentes.

            Y concluyó diciendo: "Con lograr salvar a un solo muchacho de la depravación moral, ya habrán quedado justificados los gastos y los esfuerzos que se inviertan en una institución de este tipo."

            Posteriormente, un miembro de la junta directiva le dijo: "¿No ha estado usted ligeramente exagerado? ¿Cree de veras que el salvar a un solo muchacho justificaría todos los gastos y esfuerzos?"

          "¡Si se tratara de mi hijo, sí!", fue la respuesta.
   

sábado, 7 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 290.

            Un maestro aprendió a ser un educador prudente y compasivo del modo más difícil que hay: cometiendo muchos errores. He aquí uno de ellos:

           Siendo director de una escuela, se le acercó un alumno a decirle que quería marcharse a otra escuela.

            "Por qué, hijo mío? ¿Pasa algo malo? ¿Hay algo que te entristezca? Tus notas son buenas...

              "No, no pasa nada malo, señor. Sencillamente, quiero marcharme."

              "¿Se trata de los profesores? ¿Hay algún profesor que no te guste?"

              "No, señor, no se trata de los profesores."

              "¿Se trata, entonces, de otros alumnos? ¿Te has peleado con alguno de ellos?"

              "No, no es nada de eso."

              "¿Es cuestión económica? ¿Te resulta excesivamente cara la pensión?"

               "No, señor, tampoco es eso."

               El director se quedó callado durante un buen rato, confiando en que su silencio le haría hablar al muchacho. De pronto, éste empezó a llorar y a enjugarse las lágrimas. El director supo que había vencido. Y en el tono más suave y comprensivo de que era capaz, le dijo: "Lloras porque algo te molesta, ¿no es así?

               El muchacho asintió con la cabeza.

               "Está bien. Dime, pues, por qué lloras."

               El muchacho se le quedó mirando fijamente y le dijo: "Por todas esas preguntas que está usted haciéndome."
             

viernes, 6 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 289.

               El maestro de la escuela de tiro con arco tenía fama de ser además un verdadero Maestro de la vida.

               Un día, el más aventajado de sus discípulos logró hacer tres dianas seguidas durante una competición de carácter local, y todo el mundo estalló en aplausos. Las felicitaciones llovieron sobre el discípulo... y sobre el Maestro.

              Pero éste no parecía impresionado. Daba incluso la sensación de querer quitarle importancia al hecho.

             Cuando, más tarde, el discípulo le preguntó la razón de su actitud, el Maestro le dijo: "Aún te falta por aprender que el blando no es el blanco."

              "¿Y qué ES el blanco?", quiso saber el discípulo.

              Pero el Maestro no se lo dijo. Era algo que el joven tendría que aprender algún día por sí mismo, porque no podía decirse con palabras.

               Un día descubrió
               que lo que tenía que ambicionar
               no era el éxito,
               sino la actitud;
               no el blanco,
               sino la desaparición del ego.
      

jueves, 5 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 288.

                      Una niña, en una frutería, le muestra una piel de plátano al dependiente. "¿Qué deseas, preciosa?", le pregunta éte.

                "Que lo rellene", le responde la niña.



                 

miércoles, 4 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 287.

                  Un niño se encontraba, por primera vez en su vida, en un pueblo, lejos de la gran ciudad. Se hallaba de pie en la acera cuando llegó un anciano conduciendo un carro tirado por un caballo y entró en una tienda. El muchacho se quedó mirando asombrado el caballo, un animal que él no había visto en su vida. Cuando el anciano salió de la tienda y se disponía a marcharse, el niño le dijo: "Oiga, señor, le advierto que esa cosa ha perdido todo el combustible."
 

martes, 3 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 286.

                  El niño moderno:

                  Un hombre pretendía fomentar en sus hijos la afición a la música, de modo que les compró un piano.

                  Cuando llegó a casa, los encontró contemplando desconcertados el piano. Y ellos, al verle, le preguntaron: "¿Cómo se enchufa?"
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lunes, 2 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 285.

                Antes de castigar a un niño, pregúntate
                si no serás tú la causa de la transgresión.

                Los padres: "¿Por qué, a pesar de que Johnny es más pequeño que tú, saca siempre mejores notas en la escuela?"

                El niño de siete años: "Porque los padres de Johnny son inteligentes".
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domingo, 1 de marzo de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 284.

       Desesperados, unos padres llamaron con urgencia al psicólogo infantil, porque, sencillamente, no sabían qué hacer con su hijo, que se había subido al caballo de madera de otro niño de la vecindad y se negaba terminantemente a bajar de él. Tenía en su casa tres caballos de madera, pero se había empeñado en que era precisamente aquél el que quería. Y todos los intentos por hacerle bajar del caballo le habían hecho gritar y berrear de tal manera que no hubo más remedio que desistir.


      Lo primero que hizo el psicólogo fue establecer sus honorarios. Luego fue adonde estaba el niño, le pasó cariñosalmente la mano por el pelo, se inclinó hacia él y, sonriendo, le susurró algo al oído. Al instante, el niño se bajó del caballo y se fue dócilmente a casa con sus padres.


     "¿Qué clase de magia ha empleado usted con el niño?", le preguntaron al psicólogo los asombrados padres. El psicólogo se guardó en el bolsillo sus honorarios y dijo: "Sencillamente, me he inclinado hacia él y le he dicho: "Si no te bajas inmediatamente de ese caballo, te voy a pegar tal paliza que no vas a poder sentarte en una semana." Supongo que era para esto para lo que me han pagado."
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