La mujer se encontraba aquejada de un grave resfriado y nada de cuanto le recetaba el médico parecía poder aliviarla.
"¿No puede usted hacer nada para curarme, doctor?", le preguntó un día completamente frustrada.
"Tengo una idea", dijo el médico. "Váyase a su casa, tome una ducha y, antes de secarse, quédese usted desnuda en medio de una corriente de aire."
"¿Y con eso me curaré?", preguntó ella, llena de asombro.
"No, pero agarrará usted una neumonía. Y eso sí puedo curarlo."
¿No te ha ocurrido nunca que tu guru te haya ofrecido el remedio para un mal que él mismo ha ocasionado?
"¿No puede usted hacer nada para curarme, doctor?", le preguntó un día completamente frustrada.
"Tengo una idea", dijo el médico. "Váyase a su casa, tome una ducha y, antes de secarse, quédese usted desnuda en medio de una corriente de aire."
"¿Y con eso me curaré?", preguntó ella, llena de asombro.
"No, pero agarrará usted una neumonía. Y eso sí puedo curarlo."
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