Un vecino acudió a Nasrudin a pedirle prestado su asno.
"Lo siento, pero lo he alquilado", le dijo Nasrudin.
En aquel momento, el animal comenzó a rebuznar en la cuadra.
"¡Pero si le estoy oyendo rebuznar...!", dijo el vecino.
"¡Pero, bueno...!, ¿a quién vas a creer: al asno o a mí?".
"Lo siento, pero lo he alquilado", le dijo Nasrudin.
En aquel momento, el animal comenzó a rebuznar en la cuadra.
"¡Pero si le estoy oyendo rebuznar...!", dijo el vecino.
"¡Pero, bueno...!, ¿a quién vas a creer: al asno o a mí?".
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