Cuando el joven rabino sucedió a su padre, todo el mundo empezó a decirle que no se parecía en nada a éste.
"Al contrario", replicaba el joven. "Soy exactamente igual que el viejo. El no limitaba a nadie, y yo tampoco."
¡Sé tú mismo!
Guárdate de imitar la conducta de los "grandes" si no posees la disposición interior que a ellos les movía obrar.
"Al contrario", replicaba el joven. "Soy exactamente igual que el viejo. El no limitaba a nadie, y yo tampoco."
¡Sé tú mismo!
Guárdate de imitar la conducta de los "grandes" si no posees la disposición interior que a ellos les movía obrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario