Dada la naturaleza de la búsqueda espiritual...
Un hombre llegó junto a una elevada torre, entró y vio que estaba todo oscuro. Moviéndose a tientas, tropezó con una escalera de caracol. Le entró curiosidad por saber adónde conducía y empezó a subir por ella. A medida que ascendía, iba sintiendo un creciente desasosiego. Entonces miró detrás de sí y comprobó, horrorizado, que los peldaños se iban desprendiendo y desapareciendo a medida que él los iba dejando atrás. Ante él, la escalera serpenteaba hacia arriba, y él no tenía ni idea de hasta dónde conducía; detrás de él se abría un enorme y negro vacío.
Un hombre llegó junto a una elevada torre, entró y vio que estaba todo oscuro. Moviéndose a tientas, tropezó con una escalera de caracol. Le entró curiosidad por saber adónde conducía y empezó a subir por ella. A medida que ascendía, iba sintiendo un creciente desasosiego. Entonces miró detrás de sí y comprobó, horrorizado, que los peldaños se iban desprendiendo y desapareciendo a medida que él los iba dejando atrás. Ante él, la escalera serpenteaba hacia arriba, y él no tenía ni idea de hasta dónde conducía; detrás de él se abría un enorme y negro vacío.
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