Un día le dijeron los discípulos a Baal Sem: "Dinos, querido rabino, cómo hemos de servir a Dios".
Y él respondió: "¿Cómo voy a saberlo yo...? Y a continuación les contó la siguiente historia:
"Un rey tenía dos amigos que resultaron culpables de un crimen y fueron condenados a muerte. Y, a pesar de que los amaba, el rey no se atrevió a concederles abiertamente el indulto, por temor a dar un mal ejemplo al pueblo. De modo que decidió que se tendiera una cuerda de un lado a otro de un profundo abismo y que cada uno de los dos hombres tratara de pasar por ella: quien lo consiguiera obtendría la libertad; y quien cayera abajo encontraría la muerte. El primero de los dos consiguió atravesar sin mayores problemas. El otro, entonces, le gritó desde el otro lado: "¡Amigo, dime cómo lo has hecho!" Y el primero le respondió: "¿Y cómo voy a saberlo? ¡Lo único que he hecho ha sido que, cuando me escoraba hacia un lado, trataba de inclinarme hacia el lado contrario!".
No aprendas a montar en bicicleta en un aula.
Y él respondió: "¿Cómo voy a saberlo yo...? Y a continuación les contó la siguiente historia:
"Un rey tenía dos amigos que resultaron culpables de un crimen y fueron condenados a muerte. Y, a pesar de que los amaba, el rey no se atrevió a concederles abiertamente el indulto, por temor a dar un mal ejemplo al pueblo. De modo que decidió que se tendiera una cuerda de un lado a otro de un profundo abismo y que cada uno de los dos hombres tratara de pasar por ella: quien lo consiguiera obtendría la libertad; y quien cayera abajo encontraría la muerte. El primero de los dos consiguió atravesar sin mayores problemas. El otro, entonces, le gritó desde el otro lado: "¡Amigo, dime cómo lo has hecho!" Y el primero le respondió: "¿Y cómo voy a saberlo? ¡Lo único que he hecho ha sido que, cuando me escoraba hacia un lado, trataba de inclinarme hacia el lado contrario!".
No aprendas a montar en bicicleta en un aula.
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