La Verdad no depende de modos culturales de expresión.
Una muchacha norteamericana que tomaba clases de baile en una antigua escuela de danza manifestaba una constante tendencia a ser ella la que "llevaba" a su pareja, lo cual solía originar protestas como: "¡Oye! ¿Quién lleva a quién: tú a mí o yo a ti?"
Un día, resultó que su pareja era un joven chino, el cual, al poco de empezar el baile, le susurró cortésmente a la muchacha: "¿No suele ser más ventajoso, por lo general, el que, a lo largo del proceso de la danza, la dama evite todo tipo de ideas preconcebidas acerca de la dirección en que debe moverse la pareja?"
Una muchacha norteamericana que tomaba clases de baile en una antigua escuela de danza manifestaba una constante tendencia a ser ella la que "llevaba" a su pareja, lo cual solía originar protestas como: "¡Oye! ¿Quién lleva a quién: tú a mí o yo a ti?"
Un día, resultó que su pareja era un joven chino, el cual, al poco de empezar el baile, le susurró cortésmente a la muchacha: "¿No suele ser más ventajoso, por lo general, el que, a lo largo del proceso de la danza, la dama evite todo tipo de ideas preconcebidas acerca de la dirección en que debe moverse la pareja?"
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