...Y no reaccionáramos en función de lo que suponemos que el otro ha dicho...
El borracho del pueblo, con un periódico en la mano, se acercó tambaleando al cura y le saludó con toda cortesía. El cura, un tanto molesto, ignoró su saludo, porque el tipo venía bastante "colocado".
Pero se había acercado a él con un propósito: "Usted perdone, padre", le dijo, "¿podría usted decirme qué es lo que produce la artritis?" El cura hizo como que no le oía.
Pero cuando el otro repitió la pregunta, el cura se volvió enojado hacia él y le gritó: "¡La bebida produce la artritis! ¡El juego produce la artritis! ¡El ir detrás de las mujeres produce la artritis! ¡Todo eso produce la artritis...!" Y sólo después de unos instantes, ya demasiado tarde, le inquirió: "¿Por qué me lo preguntas?"
"Porque aquí, en el periódico, dice que es lo que padece el Papa."
El borracho del pueblo, con un periódico en la mano, se acercó tambaleando al cura y le saludó con toda cortesía. El cura, un tanto molesto, ignoró su saludo, porque el tipo venía bastante "colocado".
Pero se había acercado a él con un propósito: "Usted perdone, padre", le dijo, "¿podría usted decirme qué es lo que produce la artritis?" El cura hizo como que no le oía.
Pero cuando el otro repitió la pregunta, el cura se volvió enojado hacia él y le gritó: "¡La bebida produce la artritis! ¡El juego produce la artritis! ¡El ir detrás de las mujeres produce la artritis! ¡Todo eso produce la artritis...!" Y sólo después de unos instantes, ya demasiado tarde, le inquirió: "¿Por qué me lo preguntas?"
"Porque aquí, en el periódico, dice que es lo que padece el Papa."
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