domingo, 30 de agosto de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 422.

        La mayoría de las veces vemos a los demás con los anteojos de nuestras ideas preconcebidas.

       El jefe: "Parece usted exhausta.  ¿Qué le ha sucedido?"

       La secretaria: "Bueno... No, será mejor que no se lo diga. No me creería usted..."

        "¡Por supuesto que la creeré!"

        "No, usted no me creería. Sé que no podría creerme..."

         "Le aseguro que la voy a creer. ¡Se lo prometo!"

         "En fin, se lo diré: hoy he trabajado demasiado."

          "¡No lo creo!"

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