jueves, 20 de agosto de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 413.

                ...Pero por desgracia, frecuentemente ni siquiera oímos lo que el otro está diciendo...

               Una pareja celebraba sus bodas de oro, y estuvieron todo el día de la fiesta, celebrándolo con cantidad de familiares y amigos que acudieron a felicitarles. Por eso se sintieron aliviados cuando, al anochecer, pudieron quedarse solos en el porche contemplando la puesta de sol y descansando del ajetreo de todo el día.

              En un determinado momento, el anciano se quedó mirando afectuosamente a su mujer y le dijo: "Querida, estoy orgulloso de ti."

            "¿Qué has dicho?", preguntó la anciana. "Ya sabes que soy un poco dura de oído. Habla más alto."

             "¡Estoy orgulloso de ti!"

             "Me parece muy lógico", dijo ella con un gesto despectivo. "También yo estoy harta de ti".

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