Un amigo le pidió a Nasrudin que le prestara una suma de dinero. Nasrudin estaba convencido de que el otro no se lo devolvería, pero, como no quería ofender a su amigo, y además se trataba de una pequeña suma, accedió a hacerle el préstamo. Y, para su sorpresa, justamente una semana después de prestárselo, el amigo le devolvió el dinero.
Un mes más tarde, volvió a pedirle prestado, aunque esta vez se trataba de una suma mayor. Nasrudin se negó en redondo y, cuando el otro le preguntó el porqué, le dijo: "La otra vez no esperaba que me devolvieras el dinero, y me lo devolviste; esta vez espero que me lo devuelvas, y no voy a permitir que me engañes de nuevo.
Un mes más tarde, volvió a pedirle prestado, aunque esta vez se trataba de una suma mayor. Nasrudin se negó en redondo y, cuando el otro le preguntó el porqué, le dijo: "La otra vez no esperaba que me devolvieras el dinero, y me lo devolviste; esta vez espero que me lo devuelvas, y no voy a permitir que me engañes de nuevo.
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