La perfecta escucha consiste en escuchar no tanto a los demás cuanto a uno mismo. La perfecta visión consiste en mirar no tanto a los demás cuanto a uno mismo.
Porque nunca comprenderán a a los demás quienes no se han escuchado a sí mismos; ni podrán ver la realidad de los demás quienes no se han explorado a sí mismos. El perfecto oyente te escucha aunque no digas nada.
La mujer al marido, absorto en el periódico: "No necesitas tomarte la molestia de seguir gruñendo: "sí, querida", "no, querida". Hace diez minutos que he dejado de hablar."
Porque nunca comprenderán a a los demás quienes no se han escuchado a sí mismos; ni podrán ver la realidad de los demás quienes no se han explorado a sí mismos. El perfecto oyente te escucha aunque no digas nada.
La mujer al marido, absorto en el periódico: "No necesitas tomarte la molestia de seguir gruñendo: "sí, querida", "no, querida". Hace diez minutos que he dejado de hablar."
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