"¿Sabes que tienes un perro muy inteligente?", le dijo un hombre a su amigo cuando vio a éste jugar a las cartas con su perro.
"No lo creas. No es tan inteligente como parece", le replicó el otro. "Cada vez que coge buenas cartas menea el rabo".
"No lo creas. No es tan inteligente como parece", le replicó el otro. "Cada vez que coge buenas cartas menea el rabo".
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