viernes, 7 de noviembre de 2014

LA ORACIÓN DE LA RANA 181.

                         Un discípulo deseaba ardientemente renunciar al mundo, pero afirmaba que su familia le amaba demasiado como para permitirle que se fuera.

                       "¿Amarte?", le dijo su guru. "Eso no es amor en absoluto. Escucha..." Y le reveló al discípulo un secreto del yoga que le permitiría simular que estaba muerto. Al día siguiente, según todas las apariencias externas, el hombre estaba muerto, y la casa se llenó de llantos y lamentaciones de parte de sus familiares.

                       Entonces se presentó el guru y dijo a la desconsolada familia que él tenía poder para resucitarlo si había alguien que quisiera morir en su lugar. Y preguntó si había algún voluntario.

                      Para sorpresa del "cadáver", todos los miembros de la familia comenzaron a aducir razones por las que debían seguir viviendo. Su propia mujer resumió los sentimientos de todos con estas palabras: "En realidad, no hay necesidad de que nadie ocupe su lugar. Ya nos las arreglaremos sin él".
   

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