En la ciudad irlandesa de Belfast, un sacerdote católico, un pastor protestante y un rabino judío se enzarzaron en una acalorada discusión teológica. De pronto se apareció un ángel en medio de ellos y les dijo: "Dios os envía sus bendiciones. Formulad cada uno un deseo de paz, y será satisfecho por el Todopoderoso".
Y el pastor dijo: "Que desaparezcan todos los católicos de nuestra hermosa isla, y reinará la paz".
Luego dijo el sacerdote: "Que no quede un solo protestante en nuestro sagrado suelo irlandés, y vendrá la paz a nuestra isla".
"¿Y qué dices tú, rabino?", le preguntó el ángel, "¿No tienen ningún deseo?"
"No", respondió el rabino. "Me conformo con que se cumplan los deseos de estos dos caballeros".
El niño: "¿Eres presbiteriana?"
La niña: "No. Pertenecemos a distintas abominaciones".
Y el pastor dijo: "Que desaparezcan todos los católicos de nuestra hermosa isla, y reinará la paz".
Luego dijo el sacerdote: "Que no quede un solo protestante en nuestro sagrado suelo irlandés, y vendrá la paz a nuestra isla".
"¿Y qué dices tú, rabino?", le preguntó el ángel, "¿No tienen ningún deseo?"
"No", respondió el rabino. "Me conformo con que se cumplan los deseos de estos dos caballeros".
El niño: "¿Eres presbiteriana?"
La niña: "No. Pertenecemos a distintas abominaciones".
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