Una joven llama por teléfono a la papelería: "¿Recuerda las participaciones de boda que le encargué la semana pasada? Bueno, pues quisiera saber si no es demasiado tarde para efectuar algunos cambios."
"Dígame de qué se trata, señorita, y lo comprobaré", dijo el empleado al otro lado del teléfono.
"De acuerdo. Se trata de cambiar la fecha, la iglesia y el nombre del novio."
Es absolutamente imposible estar felizmente casado con otra persona si uno no se ha divorciado antes de sí mismo.
"Dígame de qué se trata, señorita, y lo comprobaré", dijo el empleado al otro lado del teléfono.
"De acuerdo. Se trata de cambiar la fecha, la iglesia y el nombre del novio."
Es absolutamente imposible estar felizmente casado con otra persona si uno no se ha divorciado antes de sí mismo.
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