Otra historia de los Padres del Desierto:
En cierta ocasión, un Hermano le hizo la siguiente pregunta a uno de los ancianos: "Conozco a dos hermanos, uno de los cuales no sale nunca de su celda, donde ora constantemente, ayuna seis días a la semana y practica las más rigurosas penitencias. El otro, por el contrario, emplea todo su tiempo en cuidar a los enfermos. ¿Cuál de los dos crees tú que es más del agrado de Dios?"
El anciano le respondió: "Si el hermano que se da a la oración y el ayuno se colgara de la nariz por espíritu de penitencia, no igualaría con ello un solo acto de bondad del que se dedica a cuidar a los enfermos."
En cierta ocasión, un Hermano le hizo la siguiente pregunta a uno de los ancianos: "Conozco a dos hermanos, uno de los cuales no sale nunca de su celda, donde ora constantemente, ayuna seis días a la semana y practica las más rigurosas penitencias. El otro, por el contrario, emplea todo su tiempo en cuidar a los enfermos. ¿Cuál de los dos crees tú que es más del agrado de Dios?"
El anciano le respondió: "Si el hermano que se da a la oración y el ayuno se colgara de la nariz por espíritu de penitencia, no igualaría con ello un solo acto de bondad del que se dedica a cuidar a los enfermos."
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