jueves, 17 de septiembre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 439.

           Hace muchos años, un extraño pájaro que nunca había sido visto en China se posó en un suburbio de la capital. Aquello le encantó al emperador, el cual ordenó que se le ofreciera al pájaro comida de su propia mesa y que fuera enviada su orquesta para deleitarle con su música.

          Pero el pájaro, que parecía estar muy triste y abatido, se negó a probar siquiera la comida que se le ofrecía, y en muy poco tiempo se puso enfermo y murió.

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         Un pájaro comía unas bayas venenosas que, sin embargo, no le hacían daño. Un día recogió una buena cantidad y reservó unas cuantas para que las comiera su amigo, un conejo, el cual, no queriendo parecer desagradecido, comió las bayas y murió.

          Si la acusación fuera la de asalto con intención de hacer el bien, ¿cuántos de nosotros se declararían inocentes?

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