lunes, 6 de julio de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 347.

                 Ha habido personas
                 que han hecho la vida agradable
                 para sí y para los demás
                 con muy pocos medios.

                 Había en el Japón un grupo de caballeros de cierta edad que solían reunirse a charlar y a beber té. Una de sus diversiones consistía en buscar costosas variedades de té y crear nuevas mezclas que deleitaran el paladar.

               Cuando le llegó el turno de agasajar a los demás al miembro de más edad del grupo, hizo alarde del más exquisito ceremonial para servir un té cuyas hojas había extraído de una lata de oro. Todo el mundo se deshizo en elogios hacia el té y quisieron saber cómo había conseguido hacer tan excepcional mezcla.

              El hombre sonrió y dijo: "Caballeros, ese té que han encontrado tan delicioso es el que beben los empleados de mi granja. Las mejores cosas de la vida no son costosas ni difíciles de encontrar."

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