En la vieja Rusia, un hombre llevó consigo a su mujer al bosque, se suponía que para cazar lobos. Pero, cuando llegaron los lobos, él salió huyendo y abandonó a su mujer. A la mañana siguiente puso una corona mortuoria en la puerta de su casa y se vistió de luto..., aunque no por mucho tiempo, porque tenía una amante con la que se casó seis meses después.
La noche de bodas se le apareció su primera mujer gritando: "¡Socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!" Y, para su asombro, comprobó que su nueva mujer no había visto ni oído nada. La primera mujer regresaba todas las noches pidiendo socorro, hasta que el hombre no pudo soportarlo. Una noche tomó su escopeta y echó a correr detrás de su ex-mujer con intención de matarla por segunda vez. Ella se metió en el bosque, y él la siguió, pero tropezó y perdió la escopeta. En aquel momento aparecieron los lobos, se le echaron encima y pusieron fin a su vida.
La noche de bodas se le apareció su primera mujer gritando: "¡Socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!" Y, para su asombro, comprobó que su nueva mujer no había visto ni oído nada. La primera mujer regresaba todas las noches pidiendo socorro, hasta que el hombre no pudo soportarlo. Una noche tomó su escopeta y echó a correr detrás de su ex-mujer con intención de matarla por segunda vez. Ella se metió en el bosque, y él la siguió, pero tropezó y perdió la escopeta. En aquel momento aparecieron los lobos, se le echaron encima y pusieron fin a su vida.
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