Es verdaderamente asombroso
ver cómo los seres humanos emplean su imaginación...
y sus emociones...
En un vagón-restaurante, un pasajero estaba encargando la cena al camarero. "De postre", dijo, "tomaré pastelillos y helado".
El camarero le dijo que no tenían pastelillos. El hombre explotó: "¿Cómo dices? ¿Que no tienes pastelillos? ¡Es absurdo! Soy uno de los mejores clientes de este ferrocarril. Todos los años organizo viajes para millares de turistas y envío cientos de toneladas de mercancías... Y cuando a mí personalmente se me ocurre viajar en el tren, y resulta que no puedo conseguir algo tan simple como unos pastelillos, ¡Me va a oír el presidente de la compañía!"
El "chef", que lo había oído, llamó aparte al camarero y le dijo: "Podemos conseguirle pastelillos en la próxima parada."
Y, justo después de la mencionada parada, el camarero se acercó al enojado caballero y le dijo: "Me satisface informarle, señor, de que nuestro "chef" ha preparado estos pastelillos especialmente para usted y espera que le gusten. Además, nos gustaría invitarle a una copa de este brandy de setenta y cinco años. Es obsequio de la casa."
El pasajero arrojó su servilleta encima de la mesa, levantó un puño y gritó: "¡Al diablo con los pastelillos! ¡Prefiero estar furioso!"
...(¡qué vacías estarían nuestras vidas si no tuviéramos de qué ofendernos)...
ver cómo los seres humanos emplean su imaginación...
y sus emociones...
En un vagón-restaurante, un pasajero estaba encargando la cena al camarero. "De postre", dijo, "tomaré pastelillos y helado".
El camarero le dijo que no tenían pastelillos. El hombre explotó: "¿Cómo dices? ¿Que no tienes pastelillos? ¡Es absurdo! Soy uno de los mejores clientes de este ferrocarril. Todos los años organizo viajes para millares de turistas y envío cientos de toneladas de mercancías... Y cuando a mí personalmente se me ocurre viajar en el tren, y resulta que no puedo conseguir algo tan simple como unos pastelillos, ¡Me va a oír el presidente de la compañía!"
El "chef", que lo había oído, llamó aparte al camarero y le dijo: "Podemos conseguirle pastelillos en la próxima parada."
Y, justo después de la mencionada parada, el camarero se acercó al enojado caballero y le dijo: "Me satisface informarle, señor, de que nuestro "chef" ha preparado estos pastelillos especialmente para usted y espera que le gusten. Además, nos gustaría invitarle a una copa de este brandy de setenta y cinco años. Es obsequio de la casa."
El pasajero arrojó su servilleta encima de la mesa, levantó un puño y gritó: "¡Al diablo con los pastelillos! ¡Prefiero estar furioso!"
...(¡qué vacías estarían nuestras vidas si no tuviéramos de qué ofendernos)...
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