En cierta ocasión, Buda se vio amenazado de muerte por un bandido llamado Angulimal.
"Sé bueno", le dijo Buda, "y ayúdame a cumplir mi último deseo. Corta una rama de ese árbol."
Con un golpe de su espada, el bandido hizo lo que le pedía Buda. "Y ahora, qué?", le preguntó a continuación.
"Ponla de nuevo en su sitio", dijo Buda.
El bandido soltó una carcajada: "¡Debes de estar loco si piensas que alguien puede hacer semejante cosa!"
"Al contrario", le dijo Buda. "Eres tú el loco al pensar que eres poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El poderoso es el que sabe crear y curar."
El ariete puede demoler un muro;
lo que no puede es reparar la brecha.
"Sé bueno", le dijo Buda, "y ayúdame a cumplir mi último deseo. Corta una rama de ese árbol."
Con un golpe de su espada, el bandido hizo lo que le pedía Buda. "Y ahora, qué?", le preguntó a continuación.
"Ponla de nuevo en su sitio", dijo Buda.
El bandido soltó una carcajada: "¡Debes de estar loco si piensas que alguien puede hacer semejante cosa!"
"Al contrario", le dijo Buda. "Eres tú el loco al pensar que eres poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El poderoso es el que sabe crear y curar."
El ariete puede demoler un muro;
lo que no puede es reparar la brecha.
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