Nunca es insoportable el momento presente si lo vives plenamente. Lo insoportable es estar aquí con el cuerpo a las diez de la mañana y con la mente a las seis de la tarde; estar con el cuerpo en Bombay y con la mente en San Francisco.
El relojero a punto de sujetar el péndulo de un reloj cuando, para sorpresa, oyó cómo el péndulo hablaba.
"Por favor, señor, no lo haga", suplicaba el péndulo. "Sería un acto de amabilidad por su parte. Imagínese el número de veces que tendré que hacer "tic-tac" día y noche... Un montón de veces cada minuto, durante sesenta minutos a la hora, veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año, y así un año tras otro... Serían millones de "tic-tacs". ¡No creo que pueda soportarlo...!"
Pero el relojero le respondió sabiamente. "No pienses en el futuro. Limítate a hacer un "tic-tac" cada vez, y disfrutarás de cada "tic-tac" durante el resto de tu vida".
Y esto fue exactamente lo que el péndulo decidió hacer. Todavía hoy sigue haciendo "tic-tac" como si tal cosa.
El relojero a punto de sujetar el péndulo de un reloj cuando, para sorpresa, oyó cómo el péndulo hablaba.
"Por favor, señor, no lo haga", suplicaba el péndulo. "Sería un acto de amabilidad por su parte. Imagínese el número de veces que tendré que hacer "tic-tac" día y noche... Un montón de veces cada minuto, durante sesenta minutos a la hora, veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año, y así un año tras otro... Serían millones de "tic-tacs". ¡No creo que pueda soportarlo...!"
Pero el relojero le respondió sabiamente. "No pienses en el futuro. Limítate a hacer un "tic-tac" cada vez, y disfrutarás de cada "tic-tac" durante el resto de tu vida".
Y esto fue exactamente lo que el péndulo decidió hacer. Todavía hoy sigue haciendo "tic-tac" como si tal cosa.
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