"¿Qué tiempo cree usted que vamos a tener hoy?", le preguntó un individuo a un pastor en el campo.
"El tiempo que yo quiero", respondió el pastor.
"¿Y cómo sabe usted que va a hacer el tiempo que usted quiere?"
"Verá usted, señor: cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va a hacer el tiempo que yo quiero."
La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí.
"El tiempo que yo quiero", respondió el pastor.
"¿Y cómo sabe usted que va a hacer el tiempo que usted quiere?"
"Verá usted, señor: cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va a hacer el tiempo que yo quiero."
La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí.
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