miércoles, 21 de octubre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 482.

             Se dice que, cuando el filósofo griego Diógenes fue hecho preso y llevado al mercado de esclavos para ser vendido, se subió al estrado del subastador y gritó en voz alta: "¡Un señor ha venido aquí a ser vendido! ¿Hay algún esclavo entre vosotros que quiera comprarlo?"

           Es imposible hacer esclavos a quienes han alcanzado la iluminación, porque son exactamente igual de felices en estado de esclavitud que en estado de libertad.

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