Al turista, que daba muestras de ser un tipo bastante asustadizo, le daba miedo acercarse al borde del acantilado. "¿Qué debería hacer", le preguntó al guía, "si tuviera la desgracia de precipitarme hacia abajo?"
"Si eso le ocurriera, señor", dijo el guía lleno de entusiasmo, "no deje de mirar a la derecha: ¡le encantará el panorama!"
¡Sólo si usted ha alcanzado la iluminación, naturalmente!
"Si eso le ocurriera, señor", dijo el guía lleno de entusiasmo, "no deje de mirar a la derecha: ¡le encantará el panorama!"
¡Sólo si usted ha alcanzado la iluminación, naturalmente!
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