martes, 20 de octubre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 481.

             Un rey se encontró con un derviche y, conforme a la costumbre oriental cuando un rey topa con un súbdito, le dijo: "Pídeme un favor."

             El derviche replicó: "Sería indecoroso por mi parte pedirle un favor a uno de mis esclavos."

             "¿Cómo te atreves a hablar al rey con tan poco respeto?", bramó uno de los guardias. "¡Explícate ahora mismo, o morirás!"

           Y el derviche dijo: "Yo tengo un esclavo que es el señor de tu rey."

            "¿De quién hablas?"

            "Del miedo", respondió el derviche.

             Cuando el cuerpo perece, ya no hay vida. De ahí la errónea conclusión de que mantener el cuerpo con vida es lo mismo que vivir.

             Entra allí donde ni la bala del asesino arrebata la vida ni el prolongar la vida alarga la duración de la existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario