Los que no han alcanzado la iluminación no logran verse a sí mismos como la causa de todos sus pesares.
Era la hora del almuerzo en la fábrica, y un trabajador abrió su tartera: "¡Oh, no!", exclamó. "¡Otra vez bocadillo de queso!"
Y lo mismo se repitió varios días. Entonces, un compañero que le había oído quejarse le dijo: "Si odias tanto los bocadillos de queso, ¿por qué no dices a tu mujer que te ponga otra cosa?"
"Porque no estoy casado. Soy yo quien hace los bocadillos."
Era la hora del almuerzo en la fábrica, y un trabajador abrió su tartera: "¡Oh, no!", exclamó. "¡Otra vez bocadillo de queso!"
Y lo mismo se repitió varios días. Entonces, un compañero que le había oído quejarse le dijo: "Si odias tanto los bocadillos de queso, ¿por qué no dices a tu mujer que te ponga otra cosa?"
"Porque no estoy casado. Soy yo quien hace los bocadillos."
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