jueves, 29 de octubre de 2015

LA ORACIÓN DE LA RANA 501.

         Dos hombres se hallaban dispuestos para librar un duelo a pistola, para lo cual se había despejado el centro del salón. Uno de ellos, un tipo diminuto y escuálido, era un tirador profesional; el otro, un sujeto enormemente fornido, se puso a protestar: "¡Un momento! ¡Esto no es justo, porque él tiene que apuntar a un blanco mayor que el mío!"

         Al otro se le ocurrió enseguida una idea. Volviéndose hacia el propietario del salón, le dijo: "Mande dibujar con tiza la silueta de un hombre de mi tamaño en el cuerpo de mi adversario. Cualquier bala que no entre dentro de la silueta no valdrá."

         Los que han alcanzado la iluminación se preocupan más de vivir que de vencer.

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